VIOLENCIA Y NO-VIOLENCIA CONTRA LAS DICTADURAS: UN ANÁLISIS CRÍTICO

Por |2025-01-14T18:22:04-06:0014 enero, 2025|La Nueva República|Sin comentarios

 

La continuidad de regímenes autoritarios en países como Cuba, Nicaragua y Venezuela invita a reflexionar sobre las estrategias para alcanzar la libertad. Las dictaduras pueden clasificarse en dos tipos: de derecha, con apariencia liberal, y de izquierda, asociadas al socialismo extremo y en los tres países mencionados convertidas en estructuras del crimen organizado. Ambas tienen un objetivo común: reprimir libertades políticas, económicas y sociales mediante el control institucional y el uso de la fuerza.

 

El primer postulado de este análisis es la división de las dictaduras en dos clases bien definidas: dictaduras con una ideología de derecha (aparente de tipo liberal) y dictaduras con una ideología de izquierda (aparente de tipo socialista). Digo aparente porque la ideología liberal no puede aparentarse a una dictadura (lo cual sería una paradoja) ni tampoco la ideología socialista puede ser reducida a una dictadura, salvo en los casos extremos donde se asimila el “socialismo” con el comunismo.

 

 

De hecho, cualquiera que sea la ideología adoptada, todas las dictaduras se caracterizan por un objetivo global: la suspensión de las libertades (políticas, económicas, sociales e institucionales) y la utilización de instrumentos de represión y hostigamiento de la población para lograr ese objetivo.

 

 

Los objetivos específicos de las dictaduras son:

 

 

1 Suspensión de los partidos políticos y grupos referentes (sindicatos y ONG); 2 Limitación de la libertad de comercio y control del sector privado económico; 3 Restricción de todas actividades sociales y culturales que no estén a su servicio; 4 Captación de todas las instituciones (legales, militares, administrativas, etc.).

 

 

Este tipo de “modelo” de las dictaduras debe ser matizado por la diferenciación derecha-izquierda dado que las dictaduras de derecha necesitan (para sobrevivir) relajar la represión del: ( 2 Limitación de la libertad de comercio y control del sector privado económico.  Caso de Pinochet en Chile y Ben Ali en Tunez, lo cual se convierte en un “factor destabilizante” del sistema.

 

 

Se sabe cómo terminaron esas dos dictaduras: Pinochet dejo su puesto de presidente al perder unas elecciones que organizó creyendo que iba a ganar, (pero siguió en la sombra como jefe del ejército), mientras que Ben Ali escapó a la Arabia Saudita porque su ejército le obligó ante las huelgas y presión de la población tras el suicidio de un pobre vendedor ambulante. Así floreció la “primavera árabe”.

 

 

Las dictaduras comunistas de Europa sucumbieron con la llegada de Gorbachov en la Unión Soviética (URSS) y el apoyo en Polonia de un Papa polaco.

 

 

El comunismo polaco hizo frente a varias protestas que terminaron con 78 muertos durante las huelgas de Poznan (llamado “Junio de Poznan” en 1956). En 1970 los obreros cargaban un tren que iba a la URSS con barriles marcados como “carbón” cuando un barril cae, se rompe y saltan jamones y carnes. Los obreros que apenas tenían para comer sueldan las ruedas del tren a los rieles y se declaran en huelga. La represión terminó con 75 muertos y un montón de heridos.

 

 

Cuando Lech Walesa organiza otra huelga en 1980 (tras la visita de Juan Pablo II en 1979) el Gobierno comunista prefiere negociar y acepta el primer sindicato no comunista (Solidaridad) que emerge con 2 millones de miembros. Pero al año siguiente el General Jaruzelski, temiendo una invasión soviética que se convertiría sin duda en una guerra porque su ejército no aceptaría esa invasión, declara el estado de emergencia, mete en prisión a más de 2000 dirigentes del nuevo sindicato (incluido Walesa) y el país se cierra durante tres años.

 

 

La llegada al Kremlin de Gorbachov y la presión de la Iglesia Católica llevan los adversarios (Walesa y Jaruzelski) a la “Mesa Redonda” y a la organización de elecciones “semilibres” en 1989: el partido comunista se reserva el 65% de los puestos del Parlamento, de los cuales 20% son para el Partido Campesino, aliado histórico de los comunistas y 35% para Solidaridad. Lo que los comunistas ignoraban era que los campesinos habían establecido una alianza con Walesa y Geremek y el resultado final fue la victoria del primer gobierno no comunista de Europa del Este con el apoyo campesino.

 

 

¿Qué lecciones nos ofrece la historia de todas estas dictaduras?

 

 

La primera es que las dictaduras de derecha y de izquierda ceden el poder empujadas por sus ejércitos. La segunda lección es que los pueblos ejercen la violencia con huelgas y manifestaciones violentas (en 1956 los polacos y los húngaros pelearon con armas). La tercera lección es que ninguna dictadura (de izquierda o derecha) cede el poder con la no-violencia.

 

 

La historia trata de mostrarnos un caso en que la no-violencia logró triunfar: se trata de Gandhi en la India y su lucha contra el Imperio colonial británico. En realidad, la doctrina de Gandhi admitía la violencia no sangrienta, pero sí las huelgas y ausencias administrativas. Pero en realidad lo que terminó con la colonia británica en India fue la Segunda Guerra Mundial y la incapacidad de Londres a apoyar la represión contra los insurgentes, tras una guerra que había dejado al país exangüe. Tampoco la no-violencia del Dalai-lama ha dado la independencia de China al pueblo del Tíbet.

 

 

La conclusión es simple: solamente la violencia, de cualquier forma que sea: huelga o balas permiten a los pueblos de liberarse de la opresión política. Solamente con la ayuda del ejército o su neutralidad se consigue la libertad de los pueblos. Se cuenta que Napoleón decía: “las revoluciones se hacen con el ejército o para el ejército, jamás contra el ejército”.

 

Por Francisco Condis y Troyano, miembro del Comite Ejecutivo Nacional del CID

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