EL SILENCIO NO ES NEUTRALIDAD

 

En enero de 2025 se hizo público que el régimen castrista había negociado con el Vaticano la liberación de aproximadamente 500 presos. El Vaticano nunca negó esta información. Casi simultáneamente, el gobierno de Joe Biden retiró a Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo. Es difícil no establecer una relación entre ambos acontecimientos.

 

Sin embargo, de los 553 presos liberados, sólo alrededor de 200 han sido presos políticos. El resto eran prisioneros comunes. Se generó la impresión de que todos los liberados eran presos políticos, lo que no fue aclarado ni por el Vaticano ni por el gobierno de Biden. Ambos se beneficiaron del engaño: la Iglesia como mediadora de un «acto humanitario» y la administración estadounidense al justificar su decisión de mejorar relaciones con el régimen castrista.

 

Aún hoy, más de 900 presos políticos continúan en las cárceles cubanas. La Iglesia Católica tiene la obligación moral de exigir la liberación de estos prisioneros, especialmente después de haber facilitado un acuerdo que se vendió como una victoria por su liberación.  Su silencio no es neutralidad; es complicidad con la represión.

 

De igual manera, la Iglesia Católica en Cuba debe pronunciarse, exigir una aclaración y denunciar la manipulación del régimen. No puede ser espectadora pasiva del sufrimiento de quienes han sido injustamente encarcelados por ejercer su derecho a la libre expresión.

 

Por otro lado, también se debe exigir una respuesta de Biden y de sus asesores, aunque el exmandatario ya no esté en la Casa Blanca. Su política hacia Cuba fue confusa y carente de transparencia. La liberación de prisioneros fue utilizada como una justificación para retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, pero la realidad es que el régimen sigue reprimiendo a su pueblo y manteniendo a cientos de opositores tras las rejas.

 

El silencio es cómplice del abuso y la mentira. La comunidad internacional, la Iglesia y los gobiernos democráticos deben exigir que se cumpla el compromiso implícito que se hizo creer en su momento: la liberación de todos los presos políticos. De lo contrario, estarán contribuyendo a perpetuar la injusticia y la impunidad.

 

POR LA DEFENSORĺA DEL PUEBLO

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