INJUSTICIAS, NECESIDADES, HAMBRE Y MUERTE

Nuestra Cuba ya no se parece en nada a la que era. Cada día nos espera un castigo reiterado, una pesadilla de injusticias, necesidades, hambre y muerte. Todo por la culpa de unos malnacidos que se hacen llamar dirigentes, una minoría que tiene mucho miedo a que nos liberemos de las redes que nos han paralizado por demasiado tiempo. No nos tratan como personas, somos peor que esclavos, somos enemigos a los que hay que castigar con brutalidad para que nunca intentemos pensar ni soñar. Que equivocados están.

La incapacidad de la mafia castrista ha quedado ampliamente demostrada. Cada día que pasa tenemos que llorar la muerte de padres, hermanos, hijos y amigos. Todo esto sin poder hacer nada porque entre las mentiras y la confusión que propicia el régimen, más la falta de medicinas y de comida la impotencia te ahoga. Los centros hospitalarios están saturados y destartalados, no tienen equipamiento, falta el oxígeno, la higiene es pésima, la comida deprimente, los médicos no tienen como protegerse. Los centros de aislamiento en lugar de frenar aumentan el contagio.

Nunca ni intentaron ni quisieron adquirir vacunas contra la Covid, que pudieron haber comprado a Rusia o a China o recibir las vacunas desarrolladas y debidamente probadas por Occidente y distribuidas por la alianza conocida como COVAX que ha entregado más de 200 millones de dosis en 139 países de escasos y medianos recursos.

No quisieron la vacuna rusa, ni la China ni las de los países avanzados que podían haber conseguido casi gratis por la demagogía patriotera y mentirosa de que ya tenían vacunas propias en desarrollo. Vacunas que son sospechosas de haber aumentado el contagio de la Covid porque hay innumerables casos de gente que se enfermó inmediatamente después de haberse puesto “la vacuna” castrista.

No han aceptado ni los ofrecimientos de envío de los cubanos en el exterior que podían haber mandado quien sabe cuántos contenedores de comida y medicinas a Cuba. No lo aceptaron porque eso habría demostrado al pueblo que todos somos hermanos, que a la hora de la necesidad ni las barreras geográficas ni las políticas cuentan. Habría demostrado que el bloqueo, el verdadero bloqueo es el impuesto por la pandilla castrista contra los cubanos.