Artemisa 14 de noviembre de 2016. Tras conocer de la situación de salud del paciente de 89 años de edad, Vicente Murguía quien reside en el Consejo Popular Lavandero, la Defensoría del Pueblo de Artemisa visitó el Hospital Ciro Redondo de este municipio y constató allí las condiciones en que éste paciente se encontraba, según lo dio a conocer Mileisis Vigoa, Delegada del CID en Artemisa.
Vicente presentaba un cuadro crítico motivado por una gangrena que amenazaba con invadirle todo su cuerpo desde una de sus extremidades inferiores y no había sangre de su tipo (B -) para realizarle una amputación de su miembro inferior, según comentó Mileisis.
Ante esta situación La Defensoría del Pueblo comenzó la búsqueda desesperada de la sangre de su tipo o de algún donante universal y para ello acudió a varias estrategias, incluyendo hacer pública la petición de dicha sangre a través de la emisora de radio municipal. Felizmente aparecieron más donaciones que las necesarias y Vicente pudo ser intervenido quirúrgicamente y a tiempo para salvar su vida.
Lo que llama la atención en este caso es que en un país que se jacta de ser una potencia médica y de desarrollar una constante campaña de donación de sangre a nivel nacional, no haya tenido disponible el tipo de sangre requerida por este paciente.
Según el médico que estaba atendiendo a Vicente, la sangre que había disponible del tipo que él necesitaba, se encontraba en el banco de sangre pero era para casos de urgencias, lo que quiere decir, que el caso de Vicente no estaba contemplado como una urgencia aunque la infección lo estuviese invadiendo con grandes peligros para su vida.
La Defensoría del Pueblo de Artemisa y el Partido Cuba Independiente y Democrática denuncian la selectividad con que son atendidos los casos de salud en este municipio y también a nivel nacional donde los privilegios superan la ética de los profesionales y del sistema de salud cubano.
Una vez más se pone en evidencia el desacelerado deterioro de nuestro sistema de salud y de los valores de quienes tienen ante sí, la responsabilidad de ejercitarlos en beneficio de todos.
Por Mileisis Vigoa, Delegada del CID, Yosvany Billodre Monduy, y Humberto Ortega de la Defensoría del Pueblo de Artemisa.
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