LA NUEVA REPUBLICA: EL ASESINATO DEL COMANDANTE CAMILO CIENFUEGOS

Por |2018-11-01T05:34:59-06:001 noviembre, 2018|CID, La Nueva República|Sin comentarios

Comandantes Huber Matos y Camilo Cienfuegos (de izquierda a derecha).

El Comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán desapareció el 28 de octubre de 1959, una semana después del arresto del Comandante Huber Matos el 21 de octubre de 1959.  El comandante Huber Matos estaba preso en el Castillo del Morro de La Habana cuando supo la noticia: “Yo inmediatamente pensé que Fidel lo mató. Lo mataron por mi caso”, dijo Matos, quien pasó 20 años en la cárcel por alegar que los comunistas estaban infiltrándose en las filas de la Revolución.  Por aquellos tiempos ya había cierta fricción entre Cienfuegos y Castro, rememoró Matos.  Cienfuegos se quejaba reiteradamente con Matos de la creciente infiltración comunista en las filas de la revolución y lo urgió varias veces a hablar en privado con Castro: “Fidel no me presta atención, una cosa conmigo es en público y otra en privado, en privado no me hace caso» se quejaba Camilo. Matos añadió que Castro ya había empezado a criticar a Cienfuegos desde mediados de enero de 1959, llamándolo “descuidado, borracho, bohemio. Las mujeres lo vuelven loco”. Matos contó que Castro le dijo: “El pueblo lo ama, pero es un desastre”.  Matos dijo que le había parecido que Castro estaba muy celoso de la popularidad de Cienfuegos. «Fidel es muy celoso. Cualquier aplauso a otro, le duele”, dijo.  Cuando Matos envió a Castro una carta renunciando a la jefatura de la provincia de Camagüey debido a la creciente influencia comunista en la revolución, Castro, que ya conocía de la amistad entre ambos comandantes, envió a Cienfuegos como Jefe del Ejército a arrestarlo.  Castro pretendía así, que Huber se resistiera al arresto para que hubiese un enfrentamiento armado entre las fuerzas revolucionarias de Camilo y de Matos y de esta manera tratar de provocar la muerte de ambos o al menos tener pretextos para acusar a Huber de sublevación y en caso de que Camilo muriera, culparlo de su muerte y fusilarlo.  Después del arresto del Comandante Huber Matos, el 21 de octubre de 1959, Fidel Castro no podía detener a Camilo Cienfuegos el día 28, tenía que desaparecerlo porque nadie le habría creído otra acusación.  Escogió el asesinato de Camilo Cienfuegos y achacarlo a un accidente aéreo.

 

En uno de los relatos anterior a su arresto, Matos revela que el 1 de mayo de 1959, en el Gran Hotel de Camagüey, «estando a solas Camilo y yo, compartimos la misma preocupación: en nuestra opinión el Che y Raúl estaban tratando de desviar el curso del proceso hacia el comunismo. Nos pusimos de acuerdo en un esfuerzo común: alertar a cierta gente en las filas de la revolución para que no cayeran bajo el influjo insidioso de la quinta columna marxista que ellos controlaban».

 

Después de su arresto y ya estando preso en el Morro, el comandante Matos recibió dos mensajes de Camilo alertándolo que Castro quería fusilarlo y que la única solución era la fuga. Varios días después de estos hechos y estando Camilo en Camagüey asistiendo a los preparativos de la boda del capitán Dariel Alarcón Ramírez «Benigno» (quien años más tarde integrara la guerrilla del Che Guevara en Bolivia y en fecha más reciente pidiera asilo político en Francia), sobre las 5 de la tarde recibió una llamada personal de Fidel. A Camilo se le indicaba que tenía que presentarse en la Habana inmediatamente. Camilo viajó en un Cesna 310 piloteado por el teniente Luciano Fariñas.  Camilo nunca llegó a su destino y no aparecieron rastros de su avión, algo muy extraño porque el vuelo era sobre tierra.  Una de las versiones que en aquel momento se conocieron era que se le había pedido a Camilo que desviara su vuelo hacia la zona sur de la Isla para que ayudara en la búsqueda de una avioneta perdida cuando en realidad un avión caza Seafury lo esperaba para derribarlo.  Inexplicablemente el controlador de vuelo del aeropuerto de Camagüey, quien pudo haber escuchado la orden de desvío, se «suicidó» de un disparo en la cabeza.

 

El Capitán Cristino Naranjo ayudante de Camilo Cienfuegos, es asesinado días después, el 13 noviembre 1959, cuando entraba al campamento militar de Columbia en La Habana. El parte del gobierno señaló que se trataba de un problema personal con uno de los oficiales a cargo de los custodios. Después corrieron entre las tropas la versión «de que le habían dado el «alto» y como no lo respetó al querer entrar, le dispararon». El asesino de Naranjo, el capitán Manuel Beatón, fue fusilado en junio de 1960 después de haber sido arrestado en la Sierra Maestra.   El 15 de octubre, dos semanas antes de la misteriosa desaparición de Camilo, Castro nombró Ministro de la Defensa a su hermano Raúl Castro. A este cúmulo de raros hechos sobre la misteriosa desaparición de Camilo Cienfuegos, hay que sumarle el desmembramiento de su tropa. Después del arresto del Comandante Huber Matos, el 21 de octubre de 1959, Fidel Castro no podía detener a Camilo Cienfuegos el día 28, tenía que desaparecerlo porque nadie le habría creído otra acusación.  Del artículo de Gabriel Astengo, editado por LNR 238-A.

Biblioteca de La Nueva República

 

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