Laura Pollán fue una destacada líder cívica cubana que, a nivel internacional, se convirtió en un símbolo de resistencia pacífica contra el régimen castrista. Nacida en 1948, Pollán fue una profesora de literatura que, sin imaginarlo, desempeñaría un papel crucial en la defensa de los derechos humanos en Cuba, liderando el movimiento Damas de Blanco. Este grupo se formó en 2003 como respuesta a la represión del «Grupo de los 75», en el contexto de la llamada «Primavera Negra», cuando el gobierno de Fidel Castro arrestó y encarceló a decenas de activistas, periodistas independientes y opositores políticos.
El caso personal de Pollán comenzó cuando su esposo, el periodista independiente Héctor Maseda, fue arrestado y condenado a largas penas de prisión bajo acusaciones de ser «contrarrevolucionario». Desde ese momento, Pollán se unió a otras esposas, madres y familiares de los prisioneros políticos para exigir su liberación. Las Damas de Blanco adoptaron una forma de protesta pacífica: marchas semanales después de la misa dominical, vestidas de blanco como símbolo de paz, llevando flores y recorriendo las calles de La Habana en silencio.
A nivel internacional, las Damas de Blanco recibieron un amplio apoyo, desde organizaciones de derechos humanos hasta gobiernos extranjeros. Laura Pollán se destacó como la voz principal del grupo, denunciando la represión y los abusos del régimen cubano en foros internacionales y atrayendo la atención mundial hacia la situación de los presos políticos en la isla. En 2005, el Parlamento Europeo otorgó a las Damas de Blanco el prestigioso Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, lo que fortaleció aún más su visibilidad global.
La dictadura, sin embargo, respondió con hostigamiento, violencia y campañas de desprestigio contra Pollán y las demás integrantes del grupo. A pesar de las amenazas, Laura Pollán continuó liderando las marchas hasta su muerte, en circunstancias que muchos consideran sospechosas, dada la enfermedad repentina que la llevó al hospital a su rápido deterioro y fallecimiento el 14 de octubre de 2011.
La muerte de Pollán fue un golpe terrible para el movimiento opositor cubano, pero su legado persiste. Las Damas de Blanco del CID, bajo la dirigencia de su hija, Laura Labrada Pollan, continúan su labor, enfrentando la represión estatal con la misma dignidad y valentía que ella inspiró. Desde una perspectiva internacional, Laura Pollán es recordada no solo como una activista cubana, sino como una defensora universal de los derechos humanos y la libertad, cuyo impacto trasciende las fronteras de su país.
Su ejemplo sigue siendo una inspiración para aquellos que, en cualquier parte del mundo, luchan contra la opresión y la injusticia.
Cuba Independiente y Democrática, el CID, que apoyó a Laura Pollán desde el inicio de su lucha por el respeto a los derechos humanos y la libertad de los presos políticos, rinde en el día de hoy un merecido homenaje a ella, a su hija y a todas las mujeres en Cuba que luchan por la libertad.
¡Laura Pollán vive!
Deja tu comentario