Los países capitalistas afectados han hecho causa común con la dictadura

Por |2019-05-06T10:04:36-06:006 mayo, 2019|Otros|Sin comentarios

Uno de los 34 hoteles Meliá en Cuba

El régimen cubano es más que “el régimen cubano”. Su histórica responsabilidad con la miseria social y económica de la Isla ha rasgado sus vestiduras teatrales que lo presentaba ante el mundo como un poderoso aparato ideológico sostenido por las fuerzas imperiales comunistas.  Ha sido suficiente que el gobierno norteamericano activara el Título III de la ley Helms-Burton para que todos los países capitalistas afectados hayan hecho causa común, al lado de la dictadura castrista, contra ese instrumento político que amenaza perjudicar seriamente sus negocios millonarios con la isla.

 

La Unión Europea (UE), que en otros momentos de la historia implementó sanciones contra el gobierno cubano (con su Posición Común) está llevando a cabo una animada cruzada para minimizar los daños económicos que sufrirán sus inversiones, incluyendo un llamado a la desobediencia a cualquier exigencia y presión por parte de los Estados Unidos.

 

Qué ha cambiado en Cuba, para que empresas capitalistas que operan dentro del “paraíso socialista”, paladines protectores de la libertad y la democracia, defiendan a capa y espada su derecho a comerciar, sin injerencia de terceros, con un país que, además de proclamar su odio visceral contra el capitalismo, no se cansa de ratificar, una y otra vez, su comunismo irrevocable.

 

Qué ha cambiado en la Cuba marxista-leninista, para que tantos países capitalistas estén haciendo trinchera común con el régimen cubano contra los efectos nocivos del Título III de la Helms-Burton; pues, nada. Nada ha cambiado.

 

Pero, una cosa son los conciertos románticos de las democracias contra las violaciones a los derechos humanos y la falta de libertades en los países comunistas y otra cosa, pero muy bien distinta!, es cuando esos mismos abanderados de las libertades ven afectados sus lucrativos negocios dentro de esos mismos países comunistas, porque entonces, desaparecen las fronteras ideológicas al conjuro de una alianza ladina, irresponsable y vergonzosa.

 

Por Ernesto Aquino

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