A: General Lázaro Alberto Álvares Casas, asambleanacionalpp@anpp.gob.cu, +5378694200. Paseo del Prado no.422 entre San José y Dragones. Capitolio Nacional. La Habana Vieja. La Habana. República de Cuba
De: Me llamo Concepción Hernández Barbón, resido en Calixto García #70 entre Santa Clara y Pinar del Río, Reparto Párraga, Municipio Arroyo Naranjo, La Habana. Carnet de identidad 48120706510.
Quiero denunciar el atropello cometido contra mí en la mañana del 16 de abril cuando me encontraba en el municipio de La Palma esperando transporte para trasladarme hacia La Habana. Mientras esperaba transporte para viajar se detiene frente a mí una guagua y me dicen que me suba que ellos me iban a llevar, cuando subo al ómnibus resulta que se encontraba un oficial de la Seguridad del Estado y uno del DTI, también dos mujeres policías, los cuales me dijeron que me encontraba detenida como deambulante, que yo iba a saber lo que me tocaba y a donde me iban a llevar. Me ordenaron quedarme allí sin moverme mientras ellos hacían un recorrido para recoger deambulantes según me dijeron por orden de Díaz-Canel.
La guagua estaba totalmente clausurada y estaba amenazada por las oficiales que me repetían que me iban a llevar a un lugar que desconocía. Me llevaron hacia un Centro de Atención a Deambulantes que está ubicado en Mazorra en condiciones infrahumanas, cuando llegué allí junto con los demás ancianos deambulantes que había recogido ya estaban esperando los trabajadores vestidos de verde oliva, nos quitaron nuestras pertenencias y nos obligaron a ponerlas en cuarto del cual solo ellos tenían las llaves, a lo cual no accedí y desde ese momento me planté en huelga general de hambre y me negué a hablar. Ante esto me hicieron varias amenazas incluso con inyectarme drogas y raparme la cabeza.
Además de lo anterior tanto a mí como a los demás nos bañaban con una manguera de agua a presión y nos obligaron a llevar una ropa verde. Todo allí fue maltrato, yo me negué a todos los servicios que daban porque yo no soy deambulante.
La condiciones infrahumanas, sin ningún tipo de higiene, los baños sucios tampoco había agua y nos tenían vigilados todo el tiempo. Me sentí privada de mi libertad y sometida a abusos físicos y psicológicos. También presencié los abusos y maltratos que se cometen allí con los deambulantes que recogen los cuales no tienen las mínimas condiciones y son tratados como animales.
Quiero decir que yo no soy una deambulante, tengo una casa donde vivo con mi hijo y una dirección. Por este medio denuncio que ese hecho fue un atropello cometido contra mí por el activismo político que realizo como Coordinadora Nacional de Atención a la Religión del Partido Unión por Cuba Libre. Hago responsable a la Seguridad del Estado por el sufrimiento provocado a mi persona y la injusta y arbitraria detención que me hicieron y los abusos cometidos cometidos.
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