Se me tiraron encima y con un pisotón me rompió el celular

El 21 de febrero, siendo las 9 AM, yo, Pedro Pablo Celestrín Reina, me personé en la oficina de atención a la población de farmacias y ópticas para indagar acerca del caso que presentamos mediante una carta de la Defensoría del Pueblo, hacía alrededor de 15 días, activistas de la delegación Huber Matos Benítez  del municipio de Holguín. Mientras le hacía varias preguntas a la compañera que atiende las quejas yo iba grabando con mi celular toda la conversación, ya que ella me decía que aún no se había analizado el caso. Yo le decía la importancia que tenía que se analizara dicha carta porque aún no hay materia prima para realizar el medicamento y que de eso ya hace más de dos meses y  que de esto dependía la salud de varias personas. Cuando iba saliendo de la institución, a unas cuadras de la misma se me abalanzaron en un Lada rojo  el mayor Charles y el mayor Espinoza pidiéndome el celular y como yo me negué, se me tiraron encima para arrebatármelo del bolsillo, cayendo el teléfono al pavimento, en ese mismo momento el mayor Charles con un pisotón me hizo añicos el celular. Al momento se montaron en su carro y se fueron.

 

El 22 de febrero a las 10 am se presentó en mi vivienda el jefe de sector de mi zona , más conocido como Góngora, tocando con cierta fuerza a la puerta, estando mi esposa con mi bebé en brazos y mi niño de nueve años en la sala, asustándolos y diciendo que si yo estaba que saliera rápido. Yo salí y le pregunté que cual era el problema, él me dijo que yo sabía y que tenía que firmar una citación para presentarme a la tercera unidad de Policía a las dos de la tarde y que eso era con la seguridad.

 

A las dos de la tarde me dirigí a la tercera unidad de la policía, allí se encontraban el esbirro Espinoza acompañado de otro esbirro que yo nunca lo había visto, según ellos del sector 21 en la Habana. Comenzaron sus amenazas y que ya me habían hecho muchas cartas de advertencia que yo estaba en un hilo. Me dijeron que yo estaba incitando a las personas de mi barrio a que no fueran a votar o a que votaran por el “No”. Yo les respondí que era cierto que yo solo decía la verdad y trataba de que las personas defendieran su verdadera democracia y yo lucho por mi libertad de expresión esa que tanto les preocupa.

 

Con voz chantajista y risas en sus caras me dijeron que ellos me darían el dinero del celular según mi comportamiento durante las elecciones del referendo. Les dije que yo no acepto dinero ni chantajes ni nada que venga de asesinos, con sus manos manchadas de sangre. Gritaron que me tendrían chequeado y vigilando todos mis pasos. Que desde mí llegada de Uruguay iba por tres detenciones que estaba a punto de ir directo para la prisión.

 

Pedro Pablo Celestrín Reina, por la Defensoría del Pueblo y activista del CID delegación Huber Matos Benítez, municipio Holguín.

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