“SOLO UNA FUERZA NECESITA EL PUEBLO: NO DESCONFIAR DE SU FUERZA”

AL PUEBLO CUBANO DEL PARTIDO CUBA INDEPENDIENTE Y DEMOCRATICA (CID)

La crisis en Cuba es sistémica, no hay nada que funcione bien. El sistema de salud, la falta de comida y medicinas, la educación, el parque habitacional, el empleo, el transporte público, la generación eléctrica, el suministro de agua potable, etc., son un desastre.

Ante la gravedad de las circunstancias al régimen no le quedará otro camino que aliarse al capitalismo como hicieron en su momento Rusia y China.

Achacar al embargo de los Estados Unidos el desorden multisectorial que padece el país es una muestra de ignorancia, infantilismo o mala intención. El interesado en saber la verdad tiene en los medios sociales suficiente información para comprobarlo.

El solo hecho de que Estados Unidos es el principal proveedor en el mundo de carne de pollo, la que compra el régimen castrista para venderla al pueblo con una buena ganancia, es suficiente indicio para dudar de que los males de Cuba son el resultado del engaño del “embargo”.

La dictadura castrista puede negociar con todos los países capitalistas del mundo, lo ha hecho y lo hace. Simplemente tiene que pagar lo que compra y no lo hace. El régimen debe miles de millones de dólares y a pesar de las deudas que se le perdonan, no cumple los arreglos de pago a los que se compromete.

En realidad, las penurias que sufre el pueblo se deben a la clase corrupta, incompetente y cruel que tiene las riendas del poder desde hace más de seis décadas.

Ellos controlan y se han beneficiado de: 1) El monopolio de la fuerza 2) El control de la economía 3) La tergiversación de la justicia 4) La manipulación de los medios de comunicación 5) La complicidad de la mayoría de los medios de comunicación del mundo 6) El contubernio y la falta de solidaridad de la mayoría de los políticos de las naciones democráticas 7) La asociación con el capitalismo extranjero.

Todo esto ha permitido que los que mandan se enriquecieran en forma escandalosa y que el pueblo cubano haya vivido seis décadas bajo el acoso, la represión y el adoctrinamiento; con todas las secuelas perjudiciales a su moral, a su cultura y a su vida espiritual.

En Cuba las leyes son violadas y manipuladas por la dictadura sin ningún respeto a la misma constitución que el régimen aprobó y mucho menos respeto a los derechos de los ciudadanos. Como en todo totalitarismo el aparato represivo decide qué es o no es legal o justificable.

Las empresas estatales dan pérdidas porque no hay honestidad en la rendición de cuentas ni interés en que sean eficientes.

El conglomerado más importante, GAESA, que controla la mayor parte de la economía de Cuba es un gigantesco negocio propiedad privada de la familia Castro.

GAESA, que es una empresa registrada en Panamá, no le da cuentas ni al Partido Comunista ni al gobierno ni a nadie que no sea el verdadero propietario, Raúl Castro y familia, aunque la prensa extranjera, sin ninguna prueba, insista, reitere, machaque y repita que pertenece a los militares.

Recientemente el “presidente” sin votos que representa a la dictadura, se quejó en televisión de las leyes que lo entorpecen todo. Pero el problema no son las leyes, el problema es el sistema. El comunismo centralizador de la economía ha demostrado ser un desastre en todos los países donde ha tomado el poder. Frena la empresa privada, la creatividad individual, castiga al trabajador y alimenta la corrupción.

Ante el hecho de que el monopolio del estado ha fracasado y la población no tiene ninguna fe en quienes lo han dirigido, el único camino para sobrevivir que le queda a la cúpula castrista es el de ampliar la alianza con ese tipo de capitalismo leninista para el que el fin (la ganancia) justifica los medios.

Ese fue el patrón que tuvo que aplicar China después del desastre económico provocado por Mao. Los dirigentes comunistas primero cedieron ante la actividad privada que inició la recuperación en el campo y luego lo tuvieron que hacer cuando ese progreso se transformó en un dinamismo capitalista industrial que sacó al país de la miseria.

No fue el Partido Comunista quien logró el salto adelante en China, fue el capitalismo.

Similar fenómeno se presentó en Rusia donde la mafia-excomunista y el capitalismo se unieron para enriquecerse. Con la diferencia de que el capitalismo terminó tomando el poder convirtiéndose en la dictadura de Putin y sus oligarcas billonarios.

El castrismo está haciéndole creer al mundo que sus llamados a la inversión extranjera son parte de una eventual apertura política, que como sucedió en China o en Rusia, no tiene la menor intención de permitir.

Para tentar a los inversionistas es necesario hacerle falsas promesas a los Estados Unidos y a otros países ofreciendo oportunidades únicas de enriquecimiento a las empresas extranjeras.

Mientras que al mismo tiempo, aplastan las iniciativas auténticas de los cubanos que no le hacen el juego al sistema porque éstos podrían eventualmente convertirse en competidores por el poder, como ya ha sucedido en el pasado en Cuba, cada vez que se ha hecho una apertura para luego perseguirlos.

No es de extrañar que el castrismo siga construyendo hoteles con los que espera atraer socios extranjeros como ha sido el caso con las cadenas de hoteles españolas en Cuba, que en colaboración con la dictadura dominan el turismo y los ingresos de moneda convertible.

Simultáneamente el régimen ha desatado una represión brutal contra la nueva generación de cubanos que protesta y quiere un cambio, esta nueva escalada represiva también está dirigida contra los que siempre han deseado y luchado por un cambio en Cuba.

Esta crisis le presenta al pueblo cubano una oportunidad para alcanzar sus aspiraciones de libertad y progreso siempre y cuando escoja una estrategia realista y un proyecto de país donde la libertad, el progreso y la justicia inspiren a la mayoría y el revanchismo, el ajuste de cuentas y los odios no tengan lugar. El genio de José Martí nos puede iluminar en estos momentos como lo ha hecho siempre:

“Solo una fuerza necesita un pueblo: no desconfiar de su fuerza. Y para que sea más eficaz, no ha de emplearla con abuso, ni envanecerse de ella; sino acumular tal suma de derecho que su simple aparición eche rodando al enemigo”.

Cuba Independiente y Democrática, el CID, envía un mensaje de solidaridad al pueblo ucraniano en guerra contra la cobarde y criminal invasión de Putin, apoya a la oposición nicaragüense y venezolana que luchan contra dictaduras corruptas. Reitera a los capitalistas que se asocien con el castrismo que serán considerados como cómplices y traidores al pueblo y a la patria de José Martí y como tales serán tratados en los tribunales de justicia de una Cuba democrática.

Enero 1 de 2023