En La Habana un trabajador para poder llegar puntual a su centro de trabajo tiene que levantarse 4 horas antes. Si tiene que entrar a las 7 a. m. por obligación debe estar preparado a las 4 de la madrugada.
Cuando llega a la parada para poder coger un ómnibus si tiene suerte, después de una larga espera y desesperada, es un abismo poderse montar por la cantidad de personas con el mismo adjetivo, todos llegar temprano.
Tantas mentiras que ponen por el televisor, donde está el buen servicio que se le ofrece al pueblo cubano. Le digo al mundo, que el cubano tiene un cielo lleno de esperanza de que algún día no muy lejano podamos vivir como seres humanos en paz y armonía lejos de todo lo que tenga que ver con los castros.
Defensores del Pueblo: Victor Penalba Subit y Mercedes Sánchez
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