Estas tierras nos fue entregada nuestra familia en usufructo mediante un contrato por diez años y después de mucho esfuerzo y recursos gastados en su rehabilitación para la producción agrícola la Dirección Municipal de Agricultura nos amenaza con el desalojo sin justificación alguna. Recibimos este terreno invadido por maleza y lo convertimos en una finca próspera. Exijo que ustedes cumplan con el contrato que me entregaron porque ni devolviéndonos todo lo que teníamos antes nos sacarán de aquí.
Ciego de Ávila, 8 de febrero del 2018
A: Dirección Municipal de Agricultura. Dirección: carretera a Violeta, El Centro, Gaspar, Ciego de Ávila.
CC: Dirección Municipal de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP)
De: Ido Adolfo Santana Benítez, CI 50011435143, finca La Esmeralda, Reparto El Matadero, Gaspar, Ciego de Ávila
Asunto: “Ni devolviéndonos todo lo que teníamos antes, nos sacarán de aquí”
Señores: les dirijo esta carta para plantearles que ni mi familia ni yo no aceptamos la decisión de desalojarnos de las tierras en las que nos asentamos hace más de ocho años y que hemos trabajado con esfuerzo y exitosamente.
Durante años, mi familia y yo, como tantos cubanos, sin darnos cuenta hemos sido víctimas de varios experimentos económicos que fracasaron, guiados por un modelo socioeconómico turbio.
Antes de trabajar la tierra, me desempeñaba como mecánico de maquinaria de perforación y excavación en la industria minera. Luego de mi retiro laboral continúe en mi puesto de trabajo hasta que la empresa se fusionó con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), momento en el cual tuve que ceder mi plaza a la juventud. Sin embargo, a los 68 años, soy una persona que se mantiene fuerte y con espíritu de lucha.
Cuando el Ministerio de Agricultura anunció que entregaría tierras ociosas según lo establecido en el Decreto Ley 259, inmediatamente me inscribí. Durante la entrega de las tierras me dijeron que disponía de dos años para eliminar la propagación de marabú, que ustedes no tenían recursos para hacerlo, y que tenía que usar los míos. Esto nos obligó, a mi familia y a mí a vender todos nuestros bienes. Sumamos el dinero así obtenido a nuestros ahorros, para seguir adelante y asegurar nuestro futuro.
Estas tierras, que fueron entregadas en usufructo, por diez años, mediante un contrato, pertenecen una empresa ganadera que, una vez que las rehabilitamos para la producción agrícola, quiere recuperarlas.
Después de mucho esfuerzo y recursos gastados, la Dirección Municipal de Agricultura quiere quitarnos las tierras sin mencionar justificación alguna. Llevamos más de ocho años viviendo en este terreno, el cual recibimos invadido por maleza y al que convertimos en una finca próspera, y ahora quieren desalojarnos.
Les pido, en mi condición de usufructuario, que mis derechos sean respetados, y exijo que ustedes cumplan con el contrato que me entregaron, porque ni devolviéndonos todo lo que teníamos antes, nos sacarán de aquí. Fue nuestro sacrificio y eso ustedes no nos lo devolverán.
Sin más, Ido Adolfo Santana Benítez
Por: Yasmani Díaz Romay, Coordinador de la Defensoría del Pueblo en Ciego de Ávila, Camagüey, y los Defensores del Pueblo Yuniel Wuenschenk Correa y Nolberto Prado Arroche.
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