Estados Unidos y Canadá: suspendan el turismo a Cuba

Por |2018-01-08T11:04:41-06:004 agosto, 2017|Fundaciones, Varios|Sin comentarios

Los crímenes y atropellos cometidos contra el pueblo de Venezuela tienen un responsable directo y un cómplice sin los cuales los venezolanos no estarían sufriendo la catástrofe humanitaria que padecen y la creciente pérdida de libertades y derechos.  El responsable directo es la narco dictadura dirigida por Nicolás Maduro y el cómplice solapado es el gobierno castrista.  Abundan las denuncias y rechazos contra al responsable pero poco se menciona y mucho menos se penaliza al cómplice.  En nuestro idioma hay un refrán muy crudo que aplica al caso: “tanta culpa tiene el que mata la vaca como el que le amarra la pata”.

No creo necesario persuadir a nadie de que el régimen castrista es el que “agarra la pata”. Esto ha sido documentado extensamente por expertos y analistas. Además, es de conocimiento público la dependencia que tenía Hugo Chávez de Fidel Castro, sus declaraciones de agradecimiento al gobierno en la Isla y el aplauso al ejemplo cubano.  La dependencia hacia el castrismo demostrada por  Nicolás Maduro es todavía mayor.

Pero para que no quede ninguna duda sobre quién está detrás de la presente crisis, las palabras de Raúl Castro son definitivas. El pasado 6 de marzo en la XIV cumbre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que se celebró en Caracas, Castro advirtió que: «En Venezuela se libra hoy la batalla decisiva por la soberanía, la emancipación, la integración, y el desarrollo de nuestra América». Más claro ni el agua. Lo que está sucediendo en Venezuela es una batalla de los castristas, los maduristas y los narcotraficantes contra el pueblo venezolano y contra todos los aliados que tenga ese pueblo. A confesión de parte relevo de pruebas.

Las acciones de solidaridad democrática hacia el pueblo de Venezuela han sido amplias y merecen reconocimiento pero es necesario tener en cuenta que a Maduro le pueden congelar todos los bienes que ha robado en Venezuela y eso no le hace ni cosquillas. El es el dueño del tesoro venezolano y su botín lo tiene bien guardado donde ningún gobierno demócrata puede tocarlo. Lo que pierda en Estados Unidos o en Europa lo repone con creces sin pedirle permiso a nadie.  Hay suficientes países con regímenes corruptos y aliados del castrismo donde puede tener su capital seguro.

Si se quiere evitar una guerra civil en Venezuela, o más bien como ha dicho la valiente y elocuente dirigente María Corina Machado, una guerra contra la población civil, hay que hacer pagar tanto al responsable como al cómplice que lo ayuda, lo guía  y lo alienta; Estados Unidos y Canadá pueden suspender el turismo a Cuba hasta que en Venezuela no se celebren elecciones libres, supervisadas por observadores internacionales y por la OEA.  El día en que lo hagan, Raúl Castro tendrá que decidir entre el fin de su gobierno o el de Maduro. La dictadura castrista tiene en el turismo de los Estados Unidos y en el de Canadá una vital fuente de ingresos. Si la Unión Europea se une a tal acción la presión sobre Raúl Castro será determinante en la salida de Maduro.

Fuente El Nuevo Herald (Si Maduro cae, Cuba no está preparada para el impacto, afirma economista)

Los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea pueden frenar el turismo a Cuba, los países de Latinoamérica también. La suspensión de permisos a las líneas aéreas para viajar a Cuba podría ser un camino, no el único. Esta acción no requiere ni guerra ni violencia pero con ella se empezarán a frenar las masacres, cada vez más numerosas, de jóvenes desarmados y comenzará el fin de  una tragedia por falta de medicinas y alimentación que está decimando al pueblo venezolano.  Esta no es necesariamente la medida salvadora, pero sería un paso importante. Los venezolanos necesitan menos declaraciones de apoyo y más de una solidaridad activa que empiece a inclinar la balanza del lado de una solución rápida y democrática.  
Por Huber Matos Garsault, Presidente de la Fundacion Huber Matos para la democracia
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