Las protestas de Hong Kong en 2019 un evento importante para los cubanos

Por |2019-12-31T13:35:05-06:0031 diciembre, 2019|Derechos Humanos, Internacional, La Nueva República|1 comentario

En las elecciones de 215, a la izquierda, en azul, los comunistas controlaron todos los 18 distritos de Hong Kong, en noviembre de 2019, los demócratas, en naranja, controlaron 17 de los 18 distritos.

Entre los eventos de 2019 importantes para los cubanos en la Isla está la lucha de la oposición democrática en Hong Kong contra la dictadura Chinazi (comunistas/nazis en Pekín). ¿Por qué es importante para nosotros? Porque las protestas se han escenificado en las calles por cientos de miles de personas, que en algunos casos llegaron a ser manifestaciones de un millón y dos millones de hongkoneses.  Las protestas han sido pacíficas pero cuando el régimen ha usado la violencia los opositores han respondido violentamente. En segundo lugar porque los manifestantes no han seguido a un líder sino se han concentrado en una serie de demandas.  Al no haber un líder opositor, los representantes locales de la dictadura Chinazi en Hong Kong no han podido descabezar al movimiento.  Los cubanos, tan dados a endiosar a un dirigente y de seguirlo como líder máximo, debemos aprender de esta lección.   Mientras más pongamos fe en una persona en nuestro proceso de liberación del castrismo más vulnerables seremos.  Hay que concentrarse en los objetivos y en los grupos serios y organizados que no dependen de un caudillo.

 

 

¿Y por qué las protestas?  El territorio de Hong Kong fue una colonia de Inglaterra por siglo y medio durante los cuales se convirtió en uno de los lugares más prósperos del mundo. Por acuerdo entre las partes (China e Inglaterra), Hong Kong pasó a manos de dictadura China en 1997 en un arreglo propuesto por el líder chino Deng Xiaoping de “un país dos sistemas” para resolver la unificación de la colonia inglesa con China. Hong Kong mantendría sus libertades democráticas y China la dictadura del partido. Como era de esperar, una vez en control de ese territorio los comunistas empezaron a ahogar las libertades que habían disfrutado los hongkoneses con Inglaterra.

 

En junio de 2019 los comunistas presentaron una ley de extradición que permitía que ciudadanos de Hong Kong fueran extraditados a China para ser juzgados.  Eso implicaba que serían condenados a gusto de los tribunales comunistas en que los hechos y la ley se manosean y se distorsionan como en Cuba.  Ante esa situación, cientos de miles de jóvenes se lanzaron en junio de 2019 a las calles de Hong Kong a protestar.   Después de meses de enfrentamiento los comunistas suspendieron la presentación de la ley, sin embargo las protestas continúan porque el pueblo exige más libertades, situación que está todavía por definirse.

 

El gran triunfo lo ha logrado hasta ahora el pueblo opositor porque en las elecciones de este pasado noviembre de 2019, 17 de los 18 consejos de distrito de Hong Kong quedaron en manos de los demócratas.  Los candidatos pro democracia ganaron 347 de los 452 puestos por los que se competía. Una mayoría abrumadora que refuta completamente la narrativa del gobierno Chinazi y de sus representantes en Hong Kong de que quienes protestaban era una minoría violenta. En las elección de hace cuatro años los comunistas tomaron el control de los 18 distritos, en estas elecciones los perdieron todos menos uno solo. Aunque el control de los distritos no es determinante desde el punto de vista del poder político, si ha sido una respuesta masiva de la población a favor de los millones de jóvenes que se lanzaron a las calles.

 

En la medida en que las protestas iban aumentando el régimen de China comunista amenazaba con intervenir con fuerzas militares. A mediado de agosto cientos de efectivos de la Policía Armada Popular de China (PAP por sus siglas en inglés) realizaban maniobras en la frontera con Hong Kong, como señal de se preparaban para intervenir contra las manifestaciones.  Ante tal amenaza el Departamento de Estado de Estados Unidos declaró que estaba «profundamente preocupado» por los acontecimientos, ante la idea de que las tropas pudieran ser desplegadas para disolver las protestas.  En octubre el “presidente” de Chinazi, Xi Jinping, refiriéndose a las protestas de Hong Kong declaró que cualquier intento de dividir a su país terminará en «cuerpos aplastados y huesos rotos».  Nada sucedió, las amenazas de Xi Jinping fueron recibidas con indignación en Hong Kong y las protestas continuaron. Un mes después el Congreso y el Senado de los Estados Unidos pasaron un proyecto de ley (Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong), .que apoyó a los manifestantes en Hong Kong estableciendo sanciones a las autoridades responsable de abusos a los derechos humanos, algo que fue un mensaje de advertencia a China. El proyecto de ley también somete a revisión anual las relaciones especiales entre los Estados Unidos y Hong Kong.

 

Los nazis de Pekín saben que intervenir en Hong Kong militarmente resultaría en cientos o miles de jóvenes heridos y muertos y que las consecuencias representarían aislamiento y malos negocios para los productos chinos en el mundo.  Por todo esto y por más, las protestas democráticas de Hong Kong en 2019 son muy importantes para el pueblo cubano.

 

Artículo de La Nueva República

CubaCID.org

Un comentario

  1. Pancho 1 enero, 2020 en 12:03 pm - Responder

    Hay que tener en cuenta que HONG KONG representa para la China comunista el pulmón financiero que le permita respirar el oxígeno del capitalismo. La transformación de la economía industrial y comercial del Continente en recursos financieros que permiten la valorización de la producción material (medida en “Renminbin”) en valor financiero internacional (Marx diría la “metamorfosis” de la plusvalía obtenida de la fuerza de trabajo, en valor monetario) pasa por el sistema bancario de Hong Kong. Además, la utilización del sistema bancario de Hong Kong permite ocultar los millones de dólares de la corrupción: la dirección del Partido se llena los bolsillos gracias a esta manipulación monetaria y financiera que permite la explotación del pueblo chino. Esta es la razón fundamental que impide al Gobierno chino de terminar la revuelta de Hong Kong como liquidó la de Tiananmen (1989) o la de los monjes budistas del Tibet en 2008: ¡con un baño de sangre!

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