Estos compatriotas escarban en la basura para poder sobrevivir. Buscan algo que puedan vender y así comprar lo que encuentren para alimentarse. Ellos no forman parte de la mayoría de los cubanos que recibe dinero del exterior. Según informó Western Unión el 62% de los cubanos recibían remesas en 2015 cuando esta empresa tenía en Cuba 400 lugares donde para entregarlas. En una entrevista de la emisora alemana Deutsche Welle a Carmelo Mesa Lago en 2020, el economista cubano afirmaba que el 65% de la población cubana ha recibido remesas anualmente: “…las remesas, que, además de ser enviadas por giro postal, son llevadas por viajeros. Las recibe el 65% de la población y en 2019 llegaron a 3.700 millones de dólares, solo en efectivo, sin contar una cantidad similar en alimentos, medicina y bienes de consumo. Este año podrían caer a 2.400 millones de dólares”.
Ante el desplome del turismo a Cuba debido a la pandemia, ante la reducción de la subvención venezolana a la dictadura y la disminución por la venta de servicios médicos, las remesas son un soporte muy importante para el régimen. Aunque éstas hayan disminuido en 2021 son una fuente gratis de dólares que recibe la mafia militar castrista que ya no permite que lleguen directamente a sus benficiarion, sino que los obligan a recibirlos en una tarjeta que solo se puede usar para comprar productos a precios inflados en las tiendas MCL, controladas por los militares. Aunque parezca una contradicción, el exilio ayuda indirectamente al régimen a enfrentar una crisis económica y política sin paralelo en más de seis décadas de dictadura.
Por Oscar Pupo Cruz, delegado del CID en Velasco
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