Quienes en Cuba todavía apoyan al castrismo por conveniencia o por convicción, deberían meditar sobre la política definida por el gobierno de los Estados Unidos hacia la dictadura en la Isla y a sus cómplices en Nicaragua y en Venezuela. También deben tener en cuenta las acciones de la Unión Europea contra la dictadura en Venezuela y la reciente resolución del parlamento espanol. John Bolton, el asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, anunció este jueves 1 de noviembre en Miami más presión y sanciones contra los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, a quienes definió como «la troika de la tiranía» y les advirtió que «por fin» van a tener enfrente a «alguien que les planta cara». Bolton, quien pronunció un discurso en Miami sobre la política de Estados Unidos hacia América Latina, afirmó que el Departamento de Estado ampliará hoy la lista de entidades de propiedad o controladas por los militares o los servicios de inteligencia cubanos con las que los estadounidenses no pueden hacer transacciones financieras. Bolton dijo de los gobernantes de Cuba, Venezuela y Nicaragua «se acercan más a la figura de los tres chiflados, antes que figuras de estado. Los tres chiflados del socialismo dicen ser creyentes, pero tienen un dios falso».
Dos días antes, el martes 30 de octubre por mayoría de 376 votos el Congreso de Diputados de España instó al gobierno español a “condenar la dictadura de Venezuela, contribuir a la estabilización de la región América Latina y aprobar un estatuto de protección especial para venezolanos en España”. El Parlamento Europeo (PE) aprobó el jueves 26 de octubre una resolución que reclama a la Unión Europea que se sume a la iniciativa de varios países americanos y de Francia para que la Corte Penal Internacional (CPI) investigue al Gobierno venezolano por supuestos crímenes de lesa humanidad. Siete países del continente han solicitado a la Corte Penal Internaciomal que se acuse a Nicolas Maduro de crímenes contra la humanidad: Argentina, Colombia, Chile, Paraguay, Perú, Canadá y Costa Rica.
Casi simultaneamente con las declaraciones de Bolton, el gobierno de los Estados Unidos aplicó nuevas sanciones al régimen venezolano. El documento que fue emitido por la Casa Blanca, titulado “Bloqueo de propiedades de personas que contribuyan a la situación de Venezuela” señala que: “No se puede hacer ninguna contribución de fondos, transacciones comerciales o donaciones de bienes, o servicios por, para, o en beneficio de cualquier persona cuyas propiedades e intereses en la propiedad están bloqueados de conformidad con el decreto que fue firmado por el presidente Donald Trump”. El documento indica que está prohibido hacer gestiones que involucren al “sector del oro venezolano” o en cualquier otro campo de la economía venezolana o en cualquier otro ámbito que determine el secretario de la Tesorería en consulta con el secretario de Estado. La prohibición también aplica para asistencia de patrocinios y proporcionar recursos financieros, materiales o tecnológicos.
En conclusión, Nicolás Maduro no se salva de la acusación y seguramente de la condena de la Corte Penal Internacional. La economía venezolana continúa su paso hacia el colapso y las dictaduras en Nicaragua y en Cuba están condenadas. Ni China ni Rusia tienen los recursos ni el valor de enfrentarse a los Estados Unidos y a sus aliados para defender a los tres chiflados del socialismo.
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