Ashley Manuela Echaide Mesa
A: Ministro de Salud Pública de la República de Cuba
De: Yaniris Echaide Mesa
Febrero 1 de 2024
Me dirijo a usted como máxima autoridad sanitaria de este país, para denunciar la terrible situación por la que atraviesa mi hija pequeña Ashley Manuela Echaide Mesa, que se encuentra ingresada en el hospital pediátrico William Soler de la capital esperando una atención médica que nunca llega.
Mi pequeña nació con atresia biliar, una enfermedad que hay que operar antes de los 45 días de nacido, porque puede derivar en una cirrosis hepática. Los médicos descubrieron la enfermedad demasiado tarde, cuando mi niña tenía tres meses.
El equipo médico del William Soler me dijo que la niña ya tenía cirrosis, pero que la iban a operar a ver si podía drenar un poco esa bilis y mejorar porque estaba amarilla, y las heces fecales eran de color blanco. Tras la operación ella mejoró un poco, pero era impostergable un trasplante de hígado para salvarla, pero debía esperar a que cumpliera un año y tuviera el peso adecuado.
Reconocieron que yo podía ser donante, por tener su mismo grupo sanguíneo, algo que resultaba fundamental. Tras la operación de drenaje de 25 puntos, la bebé hizo una hernia incisional encima de la herida y hubo que volver a operarla, con 15 puntos más, y nos enviaron para la casa para la recuperación.
En la casa comenzó a ponerse mal, a vomitar sangre, a inflamarse el abdomen, hemos pasado desde entonces todo el tiempo en el hospital, en terapia intensiva muchas veces, esperando a que cumpliera el año.
Pero cuando llegó este momento crucial, entonces los médicos me informaron que ese tipo de operación no se estaba realizando en el país, por falta de personal médico, ni contaban con recursos para realizar un trasplante de hígado, a pesar que yo estaba lista para donarle.
Me pidieron que buscara una forma de salir del país y realizara la operación fuera de Cuba. Pedí un resumen médico para ir adonde fuera por salvarla, entonces me dijeron que podían darme el resumen, pero sin especificar que este país no contaba con especialistas ni recursos para dicha operación. Que iban a poner la enfermedad de la niña, y ya.
Es inaudito que este país, que pregona ser una potencia médica, resulte tan cínico y cruel con sus propios habitantes. Denuncié en las redes sociales mi caso y como respuesta me citaron al ministerio de salud para advertirme que no podía hablar más de mi caso públicamente.
Espero que usted, máximo responsable de la salud pública en Cuba, se preocupe por mi caso y haga las gestiones necesarias para darle solución, porque mi hija no puede morir por esta negligencia médica.
POR LA DEFENSORĺA DEL PUEBLO DE ARROYO NARANJO
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