Cuando el político e historiador inglés Lord Acton escribió: «El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente» no imaginó que su aforismo se haría tan famoso. Nadie con anterioridad había puesto en tan pocas palabras una verdad tan evidente. Lord Acton no se refirió exclusivamente al robo. El poder corrompe, distorsiona, la capacidad de ver la realidad. Por eso Daniel Ortega está ciego
Seguramente comparte esta patología con su mujer y vice presidenta Rosario Murillo. Ambos se creen los individuos más astutos de Nicaragua y ante el planteamiento de la oposición de negociar una salida a la crisis, siguen usando la represión como un arma. Creen que será efectiva para mantenerlos en el poder. No se han dan cuenta que la oposición les tendió un puente de plata para que se fueran y vivieran en cualquier parte del mundo (hasta pudo ser en Nicaragua) con los cientos de millones de dólares que se han robado.
La oposición quiere evitar una confrontación violenta. No quiere más muertos ni heridos, ni tampoco más destrucción material en un país sumido en la pobreza. Además, esa estrategia da espacio a los sandinistas que hoy están contra Daniel Ortega.
Ortega está aislado, gobernando con la policía y con grupos de bandoleros armados, sin poder contar con el ejército, frente a un pueblo que cada día se impacienta más. Todo esto resultado de su ceguera, de no haber tomado la iniciativa en forma contundente cuando dio marcha atrás con la reforma del sistema de pensiones. En ese momento actuó con ceguera, no con visión. Pudo haber llamado a la oposición al diálogo y haber entregado el poder en forma elegante y digamos constitucional, a cambio de una amnistía para él y su Rosario. ¿Qué le sucedió? Su mente está enferma de poder.
Quizás Daniel Ortega deje de escuchar los consejos de no ceder que le llegan de la narco dictadura venezolana y de la de Raúl Castro en Cuba. Estos dos regímenes saben que la caída de su aliado nicaragüense tendrá repercusiones en sus países.
Quizás las continuas manifestaciones de miles de nicaragüenses lo hagan despertar antes que sea muy tarde. No es fácil pero no es imposible. Mientras tanto la caldera del disgusto amenaza con estallar. Lo que no fueron condiciones hoy la oposición lo exige: la presencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la de los relatores de las Naciones Unidas para investigar las muertes. Parece que Lord Acton vivirá para siempre.
Deja tu comentario