Daniel Ortega mintió en entrevista con Fox News

Por |2018-07-24T20:33:46-06:0024 julio, 2018|Nicaragua|Sin comentarios

Valeska Sandoval, secuestrada por los paramiltares de Ortega.

El programa Special Report, de Fox News, sirvió este lunes 23 de julio como nueva espacio para que Daniel Ortega lanzara su más reciente –y obviamente falsa- versión de la dramática situación que hace más de tres meses vive Nicaragua.  Los aproximadamente 15 minutos que duró la entrevista le resultaron suficientes para tergiversar alevosamente hechos tales como la participación de grupos parapoliciales del gobierno en la brutal represión contra la oposición democrática, la agresión de esos grupos contra sacerdotes –incluidos algunos obispos- y la supuesta normalización der la situación debido a un imaginario cese de disturbios.

 

Ortega se abraza con sus paramilitares

Según lo afirmado por Ortega, efectivamente existen grupos paramilitares cometiendo actos de violencia, pero no son gubernamentales sino que se trata de estructuras financiadas por partidos políticos que hasta tiene representación parlamentaria, por el narcotráfico y por organizaciones que desvían fondos originalmente destinados a proyectos específicos. Se trata “ataques armados por paramilitares” que en ciertos casos “responden a poderes de la política, algunos tienen diputados en la asamblea nacional (…) otras no responden a determinado partido” pero sí a “actividades de narcotráfico”, dijo.

 

Las denuncias y evidencias referidas a agresiones de que han sido objeto religiosos, fueron refutadas con afirmaciones tales como “no hay ningún sacerdote que pueda decir que ha sido atacado por el gobierno” y “No hay ningún sacerdote que esté siendo perseguido”.  Ello sin perjuicio de los ataques armados contra parroquias, el atentado a balazos contra el obispo Abelardo Mata –agresión de la cual el sacerdote salió milagrosamente ileso- y la herida sufrida en su antebrazo derecho por el obispo Silvio Báez –una de las voces episcopales más críticas del gobierno-, durante un incidente en una comunidad cercana a la combativa ciudad de Masaya.

 

Ortega también se permitió afirmar que “ninguna de las manifestaciones pacíficas han sido atacadas”, negando las decenas de víctimas fatales y de heridos a causa de la represión de masivas manifestaciones pacíficas, entre ellas la realizada al final de mayo en homenaje a las mujeres quienes han perdido hijos como resultado de la violencia policial y parapolicial.

 

Pero quizá una de las falacias mayores entre las lanzadas durante la entrevista con Fox News fue la siguiente: “ya tenemos como una semana en que han cesado los disturbios. Lo que hay es una normalización del país”.  Esto, mientras el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) y la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) siguen denunciado la realización de secuestros de opositores y su reclusión en, en algunos casos, en centros clandestinos de detención y tortura.

 

El caso más reciente es el de la joven Valeska Sandoval, quien junto con decenas de otras personas –algunas de ellas heridas de bala- se atrincheró recientemente en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), en Managua, mientras la instalación fue blanco de un extenso ataque armado por grupos parapoliciales.  El caso fue confirmado por la directora del Cenidh, Marlín Sierra, quien informó que se desconoce si Sandoval y otros secuestrados se encuentran en el centro de detención conocido como El Chipote o si están recluidos en cárceles clandestinas.

 

Por su parte, el asesor legal de la CPDH, Pablo Cuevas, indicó que esa organización recibe, cotidianamente, denuncias referidas a jóvenes capturados por efectivos parapoliciales.  La violencia orteguista ha cobrado más de 350 vidas desde el 18 de abril –cuando estallaron las protestas populares, primero contra una fallida reforma al sistema de pensiones del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, y ahora en demanda de que Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, renuncien-.  Además, son más de dos mil los heridos, detenidos y desaparecidos, a lo que se suma el masivo daño a la economía nicaragüense.

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