Ante las manifestaciones generalizadas y los bloqueos de ruta que desde el 18 de abril han dejado 51 muertos, un número desconocido de desaparecidos y cientos de heridos, este sábado 12 de mayo el coronel Manuel Guevara, vocero y alto oficial del ejército nicaragüense, dijo que: “Creemos que el diálogo es la solución” para resolver la actual crisis. Esto es una forma de decir que el Ejército de Nicaragua retira apoyo a Ortega.
Otra forma de plantearlo es la de la AFP que informó que: el Ejército de Nicaragua tomó distancia este sábado del presidente Daniel Ortega al asegurar que “no reprimirá” a la población que se manifiesta contra el gobierno, según el portavoz del Ejército. Guevara dijo que la posición de las fuerzas armadas en esta crisis, que lleva casi un mes, está apegada al mandato constitucional de “proteger objetivos vitales para el funcionamiento del país”. “Rechazamos informaciones manipuladas que nos quieren hacer aparecer reprimiendo” las protestas, agregó Guevara en relación a presencia de soldados en algunas entidades públicas.
La posición expresada por el Ejército Nicaragüense representa un respaldo a la decisión de ayer viernes 11 de mayo en que los empresarios, los estudiantes y los movimientos civiles de Nicaragua anunciaron que estaban listos para participar en un diálogo con la mediación de la Iglesia Católica para resolver la situación del país.
Lo característico de este mediador es que la Iglesia ha sido consistente en plantear que la pareja Ortega-Murillo tiene que dejar la presidencia. Es por esta clara postura de la jerarquía católica, expresada en forma reiterada por el Obispo Silvio Báez, que los estudiantes y los demás sectores de la sociedad que buscan una solución, han confiado en la Iglesia.
Otro aspecto importante en Nicaragua es que el sandinismo histórico cree que Daniel y Rosario tienen que irse. El hermano de Daniel Ortega, el General Humberto Ortega, ha expresado públicamente que no se pueden justificar los excesos del actual régimen. El sandinismo en Nicaragua tiene el crédito histórico de haber terminado con la dinastía Somoza, pero su credibilidad y su supervivencia son solo posibles si denuncia los crímenes y la corrupción de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En Nicaragua la juventud ha mantenido la presión para que el país se encamine a una plena democracia y cuenta con el apoyo masivo de la población. Las protestas han continuado y los asesinatos, los heridos y los desaparecidos perpetrados por la policía y paramilitares armados han alimentado la indignación popular.
La oposición en conjunto prefiere una solución negociada porque quiere evitar un proceso violento que podría tener un altísimo costo en vidas humanas y afectar la economía del país en momentos difíciles.
Las recientes declaraciones del vocero del Ejército Nicaragüense dejan a Daniel Ortega y a Rosario Murillo arrinconados y dependientes de la policía y de los grupos paramilitares. Sin embargo, la policía no es un bloque monolítico. El 22 de abril un grupo de 50 policías designados al área de patrullas en Managua, fue detenido en la comisaría de Ajax Delgado por haberse negado a acatar las órdenes de salir a reprimir las protestas de los últimos días, según informó en ese momento Europa Press.
Deja tu comentario