El día que en Cuba la jerarquía de la Iglesia Católica apoye los derechos del pueblo cubano y se enfrente al castrismo como lo hacen los obispos nicaragüenses

Por |2018-06-22T20:08:13-06:0022 junio, 2018|Nicaragua|Sin comentarios

El cardenal Leopoldo Brenes en Masaya

El pueblo nicaragüense exige la salida inmediata del dictador Daniel Ortega y su mujer Rosario Murillo. Desde el pasado 19 de abril, hombres, mujeres y niños han estado manifestándose pacíficamente en los pueblos de Nicaragua y levantando barricadas para evitar que los escuadrones de la muerte de la dictadura entren a asesinar a los ciudadanos indiscriminadamente, tratando de sembrar el terror, aproximadamente 200 personas han perdido la vida.   La dictadura ha apostado francotiradores en árboles y edificios que se han dedicado a asesinar a jóvenes.  En un caso cuando una familia se negó a que se usara su casa de tres pisos para que se instalara un francotirador, la policía y las turbas incendiaron la casa y la familia casi completa, cuatro adultos y dos niños,  murieron.   En esta intensa y desigual confrontación entre el pueblo y el régimen,  la Iglesia Católica ha acompañado y apoyado al pueblo nicaragüense y se enfrenta a la dictadura como debe hacerlo la iglesia de Cristo.  En el día de ayer 21 de junio y ante un inminente ataque gubernamental contra el pueblo de Masaya y especialmente contra el barrio indígena de Monimbó, la jerarquía de la Iglesia Católica de Nicaragua, acompañada por dirigentes de la oposición se trasladó hasta Masaya a apoyar al pueblo, una acción valiente y riesgosa pero definitivamente ejemplar.  El día que en Cuba la jerarquía de la Iglesia Católica apoye los derechos del pueblo cubano y se enfrente al castrismo como lo hacen los obispos nicaragüenses contra  la dictadura de Daniel Ortega, el pueblo cubano tendrá esperanzas y también se lanzara a las calles a exigir sus derechos.

Monseñor Silvio Báez

El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, dijo ayer al pueblo en Masaya:

“No queremos más criminales en Nicaragua”

Este es una síntesis de lo que sucedió ayer en Masaya, publicada por La Nación de Costa Rica.

Obispos visitaron Masaya con el objetivo de ‘evitar otra masacre’

Masaya, Nicaragua. Decenas de miles de hombres, mujeres y niños salieron este jueves a las calles de Masaya para recibir a una delegación de obispos católicos, que visitaron la ciudad nicaragüense, con el fin de ‘evitar otra masacre’, en momentos en que soportaba un violento ataque de fuerzas progubernamentales.  El cardenal Leopoldo Brenes, acompañado por el clero de la arquidiócesis de Managua, a la que también pertenece Masaya, caminó con una imagen de Jesús por las angostas calles de la población, que se declaró en rebeldía contra el gobierno del presidente Daniel Ortega.

 

Cientos de manos ayudaron a levantar barricadas de las calles para dar paso a los religiosos cuando se dirigían al barrio indígena de Monimbó, foco de la resistencia en la ciudad.  Los religiosos ingresaron a la plaza de Monimbó entre gritos de “queremos la paz” y “basta de violencia”, acompañados del repique de campanas y cánticos religiosos.

 

Masaya, 30 kilómetros al sureste de Managua, vivió la mañana de este jueves un rudo ataque de unos 500 hombres entre policías antimotines, para policías y turbas, según el secretario de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva.  Los choques entre las fuerzas gubernamentales y los pobladores causaron dos heridos en enfrentamientos que se prolongaron durante cinco horas, informó el diario La Prensa.  El comisionado de la Policía Nacional, Ramón Avellán, se comprometió a «detener los ataques», durante una reunión que sostuvo con el cardenal Brenes y el nuncio apostólico, Stanislaw Waldemar Sommertag, indicó la arquidiócesis de Managua.  Desde que empezaron las protestas contra el gobierno, el 18 de abril, luego de la imposición de una reforma al sistema de pensiones (luego anulada), 187 personas han muerto.

 

“Viva, Cristo Rey”, coreaba la multitud al recorrer las calles que en los últimos días han sido escenario de una batalla desigual entre pobladores y las fuerzas progubernamentales que utilizan armamento pesado como en una guerra, según organismos de derechos humanos.  Otros pobladores gritaban “basta ya de opresión” y “que se vayan”, dirigido a Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo.

 

Los pueblos asentados sobre la carretera a Masaya salieron al paso de la caravana de los jerarcas católicos, algunos llorando de rodillas.  El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, en un emotivo mensaje llamó a no tomar la justicia por propia mano, a “no imitar las mismas actitudes y actos criminales (…) No queremos más criminales en Nicaragua.

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