El problema del agua en Antilla no obedece al despilfarro ni a la falta de conciencia de ahorro de la población, sino al abandono de parte de los dirigentes del municipio. El pueblo no acepta que la Empresa de Acueductos y Alcantarillados no resuelva el problema. Para colmo, muchas de las personas que llegan a la empresa a reclamar por el mal servicio son maltratadas por los funcionarios.
La realidad no es que se carece de medios materiales para efectuar las reparaciones, como argumentan los funcionarios de la entidad, sino que el desorden y el desinterés de los funcionarios del régimen es el causante de la situación. Estamos en la etapa de desmoralización total de castrismo. Aquí el responsable es el gobierno y no el pueblo.
Las fugas de agua son numerosas y cuando las autoridades intentan remendar, el daño es peor, como ilustran las fotografías. En este caso, se trata de una “reparación” en la esquina de la calle Juan Manuel Márquez y Diego M. Yebra, frente al Parque de las Madres, donde se han registrado numerosos accidente involucrando lo mismo a vehículos que a peatones, sin que ninguna autoridad responda por ello. El agua que se desperdicia a causa de esas averías debería ir a las casas de que quienes pagan por el servicio.
Los habitantes suelen discutir con los cobradores de la Empresa de Acueductos y Alcantarillados, lo mismo que con el director de la entidad, Ulises Olmos, y con el presidente del poder popular respecto al abastecimiento de agua para sus viviendas pero el desorden y el desinterés de los funcionarios del régimen se impone.
Por la Defensoría del Pueblo, Luis Machado Reinosa y Esber Ramírez Argota, delegado del CID en Antillas
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